Curso e-Druida

SABER DE FARMA

Adherencia al tratamiento

Alejandra Ferrada Gascó

 

Después de haber visto todos los pasos del circuito farmacoterapéutico (prescripción, validación, elaboración, dispensación y administración) ya solo nos queda por comentar el final de la cadena. El paciente es la última pieza de nuestro puzle y la más importante ya que si algo falla no habrá valido de nada todo lo que se ha hecho antes.

 

 

Importancia de la adherencia al tratamiento 

Contrariamente a lo que muchos piensan, la adherencia no sólo significa que nos tomemos la medicación. Aunque es un término que durante mucho tiempo se ha asociado al tratamiento farmacológico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye una serie de pautas que nos llevarían a una buena adherencia:

 

  • Toma correcta de la medicación prescrita por el médico.
  • Asistencia a las revisiones médicas que cada paciente necesite.
  • Hábitos de vida saludables (deporte, dieta sana…).

 

Es más, la OMS incluye dentro de la definición de adherencia cualquier cambio en nuestro estilo de vida que nos pueda llevar a una mejor salud: higiene personal, dejar de fumar…

Con el término adherencia, cuando ésta se refiere al tratamiento farmacológico, se define el buen cumplimiento del mismo, lo que significa tomar los medicamentos siguiendo estrictamente las indicaciones de los profesionales sanitarios y no abandonar los tratamientos antes de finalizarlos.

La no adherencia a los tratamientos médicos es un problema muy importante en nuestras sociedades que afecta a más de la mitad de los pacientes. Es importante, en la medida de lo posible, que cada uno se responsabilice de su propio tratamiento farmacológico consiguiendo de este modo el máximo beneficio a la vez que se disminuyen los riesgos asociados (efectos secundarios, etc). Para ello, es importante disponer de información suficiente y veraz  que nos permita tomar los fármacos prescritos correctamente. 

 

Diferencia entre adherencia y cumplimiento 

No hay un consenso único sobre la definición de adherencia al tratamiento. Es por esto que a veces se toma como sinónimo de “cumplimiento” del tratamiento prescrito por el profesional de la salud. Sin embargo, la adherencia es un concepto complejo que incluye variables biopsicosociales, del vínculo médico – paciente y de la organización de salud que enmarque esta relación.

Al hablar de adherencia incluimos conductas tan diversas como dialogar con el profesional que nos ha prescrito la medicación el programa de tratamiento para que se adecue a nuestras características personales; entrenarse en el desarrollo de nuevas conductas de salud, evitando conductas de riesgo; acudir a las citas previstas para los estudios de control y las visitas con los profesionales de la salud; y  tomar correctamente la medicación.

Aunque pase en ocasiones desapercibido, algunas variables implicadas en el fenómeno de la adherencia son las variables sociodemográficas, nuestras propias creencias, el tipo de enfermedad, el tratamiento farmacológico, la relación que se establece paciente-profesional de la salud, la información, el apoyo social y las variables de la organización.

A pesar de que tradicionalmente se ha utilizado el término «cumplimiento» para definir el grado en el que se siguen las recomendaciones del prescriptor, este término ha sido puesto en cuestión, ya que parece que nosotros tenemos un rol pasivo en nuestro tratamiento, limitándonos a tomar el medicamento tal y como nos lo han prescrito.

Asimismo, el término «incumplimiento» nos culpabiliza cuando fallamos a la hora de seguir las instrucciones médicas. Actualmente se prefiere el término «adherencia», definido como el grado en el que nuestro comportamiento como pacientes coincide con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario. Por tanto, resalta tanto nuestra participación activa como la responsabilidad del médico para crear un clima de diálogo que facilite la toma de decisiones compartidas.

 

Mediciones de adherencia 

Cuando se produce un fracaso terapéutico siempre debe considerarse la consciente o inconsciente falta de adherencia como una posible causa. Para poder valorar si se está produciendo esta falta de adherencia se pueden utilizar varios métodos útiles.

Los métodos indirectos pueden ser utilizados para valorar nosotros mismos nuestra posible falta de adherencia. Los métodos directos pueden resultar ser más fiables pero requieren la medición de fármaco en nuestros fluidos. Vamos a ver en qué consisten estos métodos:

 

Métodos indirectos para la valoración de nuestra adherencia

En estos métodos indirectos, la información la aportamos los pacientes. Veamos dos ejemplos:

 

Test de Morisky-Green

Valora si se adoptan las actitudes correctas en relación con la terapéutica. En este caso nos deberíamos realizar las siguientes preguntas:

  1. ¿Se olvida alguna vez de tomar los medicamentos?
  2. ¿Toma los medicamentos a las horas indicadas?
  3. Cuando se encuentra bien, ¿deja alguna vez de tomarlos?
  4. Si alguna vez le sientan mal, ¿deja de tomar la medicación?

 

Para considerar una buena adherencia, la respuesta de todas las preguntas debe ser adecuada (no, sí, no, no). Según las respuestas que demos a estas preguntas podemos valorar nosotros mismos si consideramos que nuestra adherencia es correcta.

 

Test de Haynes-Sackett

También denominado cuestionario de «cumplimiento autocomunicado». Consiste en realizar  la siguiente pregunta:

  • La mayoría de la gente tiene dificultad en tomar los comprimidos, ¿tiene usted dificultad en tomar los suyos?

Si la respuesta es afirmativa el facultativo nos solicitaría el número medio de comprimidos olvidados en un periodo de tiempo (por ejemplo los últimos siete días o el último mes) y determinaría el porcentaje con respecto al número de comprimidos indicado. Se considera buena adherencia haber tomado una cantidad de comprimidos > 80% y < 110% de los prescritos.

 

Métodos objetivos directos para la valoración de nuestra adherencia

Estos se basan en la determinación del fármaco o de sus metabolitos (productos derivados de modificaciones en nuestro cuerpo del propio fármaco) en algún fluido biológico, frecuentemente sangre u orina. Se asume que su presencia en ellos indica que el medicamento se ha tomado.

En atención primaria tienen poca utilidad ya que estos métodos son caros, se disponen para un escaso número de fármacos y necesitan de una infraestructura sofisticada.  Por otra parte a diferencia de los métodos indirectos estos no resultan de interés para realizarnos nuestra propia valoración.

 

Consecuencias de la falta de adherencia

Las consecuencias de una deficiente adherencia terapéutica a los tratamientos de enfermedades crónicas son varias, suponiendo malos resultados en nuestra salud y mayores costes sanitarios. La eficacia/efectividad demostrada de los fármacos que nos tomamos se ve comprometida cuando no la tomamos de forma adecuada. Nuestra salud no mejora como sería de esperar, con la consiguiente repercusión en nuestra calidad de vida y en la economía de la salud.

Una adherencia terapéutica deficiente aumenta: el uso injustificado de fármacos, las reacciones adversas a medicamentos, el número de eventos clínicos (cardiovasculares, cerebrovasculares, descompensaciones diabéticas, dolores articulares,…), ingresos y reingresos hospitalarios, aumento de costes.

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. Ser adherente significa tomar de forma correcta la medicación prescrita, la asistencia a las revisiones médicas y seguir unos hábitos de vida saludables.
  2. Se pueden utilizar métodos indirectos (cuestionarios) o directos (analíticas) para valorar la falta de adherencia.
  3. La falta de adherencia empeora los resultados en salud de un tratamiento y puede conllevar problemas graves.

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