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SABER DE FARMA

Medicamentos especiales: radiofármacos

Rosa Luna Reina

 

Los radiofármacos son compuestos muy diferentes a los fármacos que se conocen comúnmente. Son medicamentos especiales tanto en su estructura, mecanismo de acción, farmacocinética, indicación, medidas de seguridad que requieren, etc.

Los radiofármacos son moléculas compuestas por un principio activo denominado trazador y un radionúclido. Esta unión trazador-radionúclido se denomina marcaje.

 

 

El radionúclido es el elemento clave del radiofármaco, consiste en un átomo radiactivo que se caracteriza por emitir un tipo de radiación determinado. Cuando una célula viva recibe una cantidad determinada de radiación su material genético cambia y la célula entiende que debe autodestruirse. 

Para que el radionúclido lleve a cabo su acción en una zona concreta del organismo y no vaya destruyendo células sanas es necesario que se una al trazador. Esta molécula lo dirigirá por el organismo hasta el lugar donde está la enfermedad fomentando así la seguridad y efectividad del tratamiento.

 

¿Cómo sería un radiofármaco ideal?

Si tuviéramos que diseñar un radiofármaco, buscaríamos que éste cumpliera las siguientes características:

 

  • Alta afinidad por su diana. Nos interesa que el radiofármaco se concentre y actúe específicamente en el órgano o sistema donde esté la enfermedad
  • Alta especificidad. Máxima captación del radiofármaco en su zona diana y mínima en las estructuras colindantes para reducir los efectos adversos
  • El radionúclido de elección deberá tener un periodo de desintegración adecuado, es decir, nos interesa que haga su efecto durante un tiempo determinado y luego se elimine de forma natural.

 

¿Para qué se utilizan los radiofarmacos?

Los radiofármacos son medicamentos que han adquirido gran importancia en la práctica clínica por su aplicación con fines diagnósticos y terapéuticos.

 

Aplicaciones diagnosticas

Desde el punto de vista diagnóstico, la radiación emitida se utiliza para medir funciones fisiológicas o para obtener imágenes mucho más detalladas del interior del organismo.

 

Las indicaciones diagnósticas de los radiofármacos pueden agruparse de la siguiente forma:

  • Delineación de la estructura
  • Detección o valoración de una enfermedad
  • Evaluación funcional o metabólica
  • Evaluación pronóstica o monitorización del tratamiento

 

 

La tomografía por emisión de positrones o PET es una prueba de imagen basada en la administración de radiofármacos que abrió una nueva era en la investigación farmacéutica y biológica en múltiples campos. Actualmente, es el único método que permite obtener datos cuantificables objetivamente sobre variables fisiológicas o patológicas relacionadas con la gravedad, evolución y pronóstico de algunas enfermedades.

Las principales aplicaciones clínicas de la PET están dirigidas hacia el campo de la oncología, cardiología y neuropsiquiatría.

 

Aplicaciones terapéuticas

Con fines terapéuticos los radiofármacos son empleados en diversas enfermedades:

  1. Afectaciones tiroideas (hipertiroidismo o tumores tiroideos)
  2. Terapias antitumorales junto con fármacos biológicos
  3. Leucemia
  4. Terapia paliativa del dolor

 

Los radiofármacos más utilizados contienen como radionucleidos los siguientes elementos radioactivos: yodo-131, indio-111 o itrio-90.

 

¿Cómo se suelen administrar los radiofármacos?

Debido a su estructura la vía de administración intravenosa es la más frecuente. También hay algunos radiofármacos que se administran por vía oral, generalmente en forma de soluciones o capsulas de gelatina que al disolverse en el estómago liberan el trazador evitando la irradiación en la boca o el esófago. De manera mucho más minoritaria algunos se administran por vía inhalada o subcutánea.

 

¿Hay que seguir precauciones especiales?

La naturaleza radiactiva de los radiofármacos es la que impone las mayores limitaciones a su empleo. En principio, no se recomienda su administración a niños, adolescentes, mujeres lactantes y gestantes. Si bien es cierto, existen casos en los que el beneficio esperable supera a los riesgos y se debe tratar a estas poblaciones con radiofármacos.

En función de la fuerza de la radiactividad se puede clasificar el átomo en cuatro tipos de emisiones de menos a más potentes: alfa, beta, gamma y neutrónica. La mayoría de radiofármacos emiten radiación alfa o beta.

 

La conservación de estos medicamentos se realiza en zonas especiales del hospital con paredes, suelos y techos que contienen placas de plomo para evitar que la radiactividad afecte a los trabajadores.

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. Los radiofármacos son moléculas compuestas por un principio activo denominado trazador y un racionúclido (átomo radioactivo).
  2. Debe tener una alta afinidad y especificidad por su diana biológica para garantizar su seguridad y efectividad.
  3. Son fármacos seguros ante los que hay que tener precauciones especiales.
  4. Se emplea en la clínica tanto para fines terapéuticos como diagnósticos.

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