Curso e-Druida

SABER DE FARMA

Los medicamentos en el embarazo

Elisa Zamora Ferrer

 

El embarazo es una situación fisiológica muy especial para la mujer, ya que conlleva cambios hormonales en su organismo.

Estos cambios pueden originar ciertos trastornos como son los mareos, los vómitos, la acidez, el estreñimiento o las hemorroides, entre otros. Para aliviar estos problemas, a veces, la mujer gestante debe tomar algún medicamento, pero también puede que deba tomarlo para tratar enfermedades crónicas. Por todo ello, el uso de medicamentos durante el embarazo es una circunstancia frecuente. Aproximadamente el 5% de las embarazadas tienen que tomar algún medicamento que tomaban con anterioridad a la gestación por padecer algún tipo de trastorno crónico (patología psiquiátrica, diabetes mellitus, asma bronquial,….). Además, diversos estudios ponen en evidencia que más del 80% de las gestantes utilizan algún fármaco a lo largo de su embarazo.

 

 

Sin embargo, los cambios fisiológicos pueden modificar las fases que sufre el medicamento en el organismo (farmacocinética) desde la absorción del fármaco hasta la eliminación del mismo. Los cambios tienden a producirse de forma gradual a lo largo del embarazo, siendo más intensos en el último trimestre del mismo y desapareciendo pocas semanas después del parto. Veremos a continuación los cambios que suceden a nivel farmacocinético en el organismo de la mujer embarazada:

 

Absorción

  • Enlentecimiento del vaciado gástrico.
  • Disminución motilidad gastrointestinal.
  • Aumento del flujo sanguíneo intestinal.

 

Todo ello provoca que se retrase la absorción pero que en términos generales se absorba más fármaco de lo normal.

 

Distribución

  • Aumento del agua corporal total por lo que aumenta el volumen de distribución.
  • Disminución de la albúmina.
  • Disminución de la unión a proteínas plasmáticas.
  • Aumento de la forma activa del medicamento.

 

Dependiendo de si los fármacos se unen a proteínas puede verse aumentado su efecto farmacológico.

 

Metabolismo

  • Aumento actividad enzimas microsociales.
  • Disminución actividad sistema oxidasas.

 

Eliminación

  • Aumento de la eliminación renal.
  • Muchos de los fármacos pasan de la madre al feto, sobre todo a través de la placenta, de igual forma que lo hacen los nutrientes. Una vez en la placenta, atraviesan una fina membrana que separa la sangre materna de la fetal y pueden producir daño al embrión.
  • La barrera placentaria es atravesada por la mayoría de fármacos. Este paso del fármaco a través de la placenta se ve influenciado por las características de la misma y por el flujo sanguíneo placentario.
  • Además, el feto puede ingerir el fármaco o sus metabolitos a través de la deglución de las sustancias existentes en el líquido amniótico.

 

Desafortunadamente existe poca experiencia acerca del uso y de los efectos adversos de la mayoría de los fármacos durante el periodo de gestación, además de que en ciertos casos la accesibilidad a la información disponible resulta dificultosa.

Sin embargo se sabe que la capacidad de un fármaco de causar un daño directo en el feto (conocida como teratogenia) depende de la cantidad y de la toxicidad de éste, pero también es muy importante en qué etapa del embarazo está y durante cuánto tiempo se toma:

 

  • 2 semanas iniciales (periodo de implantación): Conocido por periodo “de todo o nada” porque se cree que el embrión no es susceptible al efecto teratogénico del fármaco y, o bien no se produce, o se produce la muerte del mismo y el aborto consiguiente.
  • Periodo de la 2ª a la 10ª semana (periodo de organogénesis): Es la fase de mayor riesgo, ya que el efecto teratogénico en esta fase puede ocasionar anomalías estructurales que se traducen en malformaciones importantes que en muchos casos son incompatibles con el desarrollo fetal dando lugar a abortos o malformaciones fetales incompatibles con la vida una vez producido el nacimiento.
  • Periodo ulterior a la 10ª semana (periodo de desarrollo): Los fármacos consumidos en esta etapa pueden producir alteraciones en el crecimiento y desarrollo funcional del feto o alteraciones morfológicas que generalmente son de menor gravedad que las ocasionadas en la fase de organogénesis. 

 

Por cuestiones éticas y legales evidentes, la mayor parte de la información disponible sobre el riesgo o/y la seguridad del uso de los distintos fármacos durante el embarazo no procede de estudios diseñados con esta finalidad, sino que proceden de estudios epidemiológicos o de estudios realizados con animales de experimentación, por ello, la información disponible es limitada, y existen medicamentos comercializados sobre los que no se dispone de información completa para recomendar o contraindicar su uso durante el embarazo. Es por ello, por lo que la valoración de su beneficio-riesgo se deberá realizar de forma individualizada por el  médico, atendiendo a los beneficios esperados en cada caso concreto.

 

La FDA (Food and Drug Administration) clasifica los medicamentos en cinco categorías según el riesgo para el feto:

  • A: cuando los estudios en humanos han demostrado que no hay riesgo.
  • B y C: cuando todavía faltan estudios para poder decir que no hay ningún riesgo.
  • D: cuando los estudios en el hombre han demostrado que hay riesgo, pero su uso puede estar justificado en ciertos casos.
  • X: cuando el fármaco no debería ser consumido nunca durante el embarazo, ya que los riesgos superan cualquier beneficio.

 

Recursos en línea

Muchas mujeres van a internet para conseguir información sobre el uso de medicamentos durante el embarazo. Desgraciadamente, alguna información en línea es confusa e imprecisa y se debe tener en cuenta siempre la fiabilidad de la fuente consultada, por eso ponemos aquí algunas web recomendadas:

 

  • Servicio de Información Telefónica sobre Teratógenos Español (SITTE) (ofrece información telefónica directa a la gestante: 918 222 436).

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. El hígado y los riñones son los principales órganos encargados de la eliminación de los medicamentos de nuestro organismo.
  2. En caso de insuficiencia hepática y/o renal, se acumula el fármaco en el cuerpo, alcanzando concentraciones en sangre por encima de lo normal, pudiendo ocasionar más reacciones adversas o incluso favorecer las interacciones con otros medicamentos.
  3. En los pacientes con insuficiencia hepática y/o renal se deben ajustar de forma individual los tratamientos.

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