Curso e-Druida

SABER DE FARMA

Isoapariencia y errores de confusión

Pablo Pérez Huertas

 

Pongamos un caso: una niña que padece leucemia se queda al cuidado de su abuela una tarde de invierno en la que sus padres tienen que trabajar. La madre le dice a la abuela que le de tres comprimidos de tioguanina, especificando que es la caja blanca y azul. Cuando llega la hora de la dosis, la abuela abre el armario de los medicamentos y encuentra esto:

 

                                                                                                                Imagen extraída de www.stoperroresdemedicacion.org

 

¿Cuál será el medicamento que finalmente se administre a la paciente? ¿Mercaptopurina o tioguanina?. La solución es bastante sencilla y peligrosa: el que vea primero. 

Como vimos en el tema 30 hay muchos tipos de errores de medicación. Hoy nos vamos a centrar en un los que tienen un origen poco conocido: la isoapariencia.

 

 

La isoapariencia se puede definir como la similitud en el nombre, acondicionamiento o el etiquetado de medicamentos diferentes. Es decir, tiene en cuenta tanto los fármacos con un nombre parecido (ya sea del principio activo o de la marca comercial) y aquellos que están recogidos en envases con un aspecto físico parecido (sería el caso de la tioguanina y la mercaptopurina).

Los errores asociados con la isoapariencia son más comunes de lo que pueda parecer. En la página del Instituo para le Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP) hacen públicos algunos de estos errores para concienciarnos de este problema. Podemos destacar uno de ellos:

 

El etiquetado de las ampollas de Lidocaína B Braun se modificó por exigencias de normativa, (…). Además, como se puede observar en las imágenes, se ha modificado también la disposición del texto en el etiquetado, por lo que actualmente presentan también una apariencia similar a las ampollas de Glucocemín®, con el riesgo de confusión. De hecho, se ha comunicado un error con consecuencias graves que refiere la administración de dos ampollas de Lidocaína 500 mg/10 mL en lugar de Glucocemín® 33% 10 mL. El error se produjo porque en el botiquín de la unidad se habían almacenado equivocadamente algunas ampollas de Lidocaína en el cajetín del Glucocemín®. Para evitar posibles errores se recomienda adquirir las ampollas de Lidocaína a otro proveedor o en un volumen diferente, buscando siempre que su apariencia sea distinta.”

 

 

Como hemos podido ver en el ejemplo, estos errores por isoapariencia se pueden dar en varios puntos del proceso farmacoterapéutico que comentamos en el tema 20:

 

  • Prescripción: en el caso de que sean medicamentos con nombres similares, el prescriptor puede confundirse en el sistema informático y seleccionar uno que no es el correcto. Por ejemplo Arizept (donepezilo, para la enfermedad de Alzheimer) y  Azilect (rasagilina, indicado en la enfermedad de Parkinson). Un error a este nivel se puede ir transmitiendo por toda la cadena hasta llegar al paciente. Para minimizarlo, la ISMP recomienda utilizar mayúsculas en la denominación del fármaco en los sistemas informáticos para reforzar las diferencias entre nombres parecidos, por ejemplo: ARICept-AZILect o  ADVAgraf-PROgraf.

 

  • Dispensación: en la farmacia se puede dar un error de dispensación debido a nombres o apariencias similares. Si el sistema está robotizado será más probable la confusión por nombre, mientras que si no lo está y la medicación se almacena en estanterías habrá que tener cuidado con la apariencia. Dos medicamentos con aspecto similar nunca se deben almacenar juntos. En cualquier caso, siempre se debe comprobar 3 veces el medicamento dispensado con el código nacional prescrito.

 

  • Administración: ya sea el paciente en su domicilio o por parte de enfermería en los centros sanitarios se puede llegar a administrar el medicamento erróneo. Se trata de la etapa más vulnerable porque cualquier error va a llegar al paciente de manera inexorable.

 

¿Y qué pasa con los medicamentos que siendo iguales no lo parecen?

Desde la aparición de los medicamentos genéricos ha surgido otro problema totalmente diferente que también pueden llevar a errores, la falta de isoapariencia. 

Es preciso recordar que un medicamento genérico es todo aquel que tiene la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos (sustancias químicas de las que dependen las propiedades terapéuticas del fármaco), la misma forma farmacéutica (comprimidos, jarabes,…) que el medicamento original y cuya bioequivalencia con el medicamento de referencia ha sido demostrada por estudios adecuados de biodisponibilidad (cantidad y velocidad con la que el fármaco es absorbido por el organismo). Estos estudios aseguran que el medicamento genérico pueda ser intercambiable con el medicamento original.

Pues bien, como se tratan de medicamentos que se consideran equivalentes, es lógico pensar que deberían tener una apariencia semejante. La realidad es que según el laboratorio que lo produzca tendrá unos colores y unas formas específicos. Esto provoca que los pacientes crónicos puedan tener diferentes envases con diferentes comprimidos del mismo medicamento, lo que puede llevar a errores en la administración.

Por ejemplo estos dos medicamentos son lo mismo (temozolomida 140 mg) pero como se puede apreciar, tienen acondicionamientos muy diferentes:

 

 

También podemos destacar el caso del fármaco omeprazol (para la acidez gástrica), uno de los medicamentos con más genéricos disponibles. La plataforma Stoperroresmed, una de las más activas en la concienciación de profesionales sanitarios sobre los problemas de isoapariencia ha llevado a cabo una campaña para buscar envases diferentes de omeprazol. Como se puede ver en este link de Twitter llevan contabilizados más de 30 presentaciones diferentes de lo que farmaco, lógicamente, es lo mismo.

En efecto, desde hace unos años diferentes sociedades científicas reivindican mediante la campaña “Si son iguales que parezcan iguales”, que el etiquetado de los envases que incluyeran medicamentos con el mismo principio activo, dosis y forma farmacéutica, muestren una apariencia común, para así evitar errores de medicación. 

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. La isoapariencia se puede definir como la similitud en el nombre, acondicionamiento o el etiquetado de medicamentos diferentes.
  2. Se pueden dar errores de medicación por isoapariencia en cualquier punto del circuito farmacoterapéutico.
  3. Se deben llevar a cabo estrategias para reducirlos, por ejemplo, destacando con mayúsculas las letras diferentes del nombre.
  4. En el caso de los medicamentos genéricos, la falta de isoapariencia también puede provocar errores de medicación.

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