Curso e-Druida

SABER DE FARMA

Interacciones entre medicamentos

María Jesús Cuéllar Monreal

 

Es frecuente que un paciente tome varios medicamentos para el correcto tratamiento de una o varias enfermedades y conseguir la máxima eficacia. Pero sabemos que la administración simultánea de dos o más fármacos puede dar lugar a interacciones en el interior del organismo.

 

 

Una interacción medicamentosa se puede definir como la “acción que un fármaco ejerce sobre otro, de modo que éste experimente un cambio cuantitativo o cualitativo en sus efectos”. Es decir, la actividad o el efecto de un fármaco se ven alterados por la presencia o por la acción de otro, de modo que la respuesta clínica es distinta a la esperada de cada uno de los fármacos administrados por separado

En ocasiones estas interacciones pueden tener efectos beneficiosos, y de hecho en la práctica clínica se buscan estos efectos con la asociación de dos o más fármacos para aumentar su eficacia (sinergia).

Sin embargo, en la mayoría de los casos el resultado de una interacción medicamentosa es perjudicial, bien porque se potencia la acción de uno de los fármacos originando efectos adversos (toxicidad), o, por el contrario, se produce una disminución del efecto terapéutico de uno de los fármacos, produciendo una respuesta insuficiente, o simplemente se produce un efecto inesperado. De este modo incluso pueden poner en peligro la vida del paciente y estas son las interacciones que más preocupan.

“No todas las interacciones son iguales”

La importancia clínica de una interacción depende de la frecuencia con la que se produce y la intensidad de su efecto. En esto también influyen factores individuales que pueden predisponer o favorecer la aparición de la interacción, de modo que la gravedad de una interacción puede variar de un paciente a otro.

 

 

Los médicos y farmacéuticos conocen las interacciones más frecuentes y su importancia clínica, de modo que ante una posible interacción pueden decidir el tipo de actuación:

  • Evitar la combinación de fármacos objeto de la interacción, si ésta es muy probable y/o puede ser grave.
  • Ajustar las dosis y pauta de administración y vigilar parámetros de eficacia y seguridad de esta asociación, si la posible interacción es de gravedad moderada.
  • Utilizar la combinación de fármacos si la interacción es poco probable que ocurra y de gravedad leve o no determinada.

 

Existen muchas fuentes de consulta donde los profesionales sanitarios pueden comprobar si se han descrito interacciones entre varios fármacos. Aunque ¡ojo!, que no aparezcan datos sobre una interacción no significa que no exista.

 

¿Cómo se producen las interacciones entre fármacos?

Las interacciones medicamentosas (o también conocidas como farmacológicas) se producen en general por dos mecanismos diferentes:

 

Farmacodinámicos

Se trata de interacciones entre fármacos con efectos terapéuticos (o secundarios) parecidos o antagónicos. Es decir, un fármaco influye sobre el efecto de otro a nivel de los órganos en los que actúa, modificando así la respuesta del órgano efector, dando origen a fenómenos de sinergia (sinergia entre antihipertensivos…) o antagonismo (fármacos que actúan sobre el mismo receptor).

Estas interacciones son más previsibles ya que se relacionan con los principales efectos de los medicamentos.

 

Farmacocinéticos

Se deben a los cambios producidos por el fármaco desencadenante sobre el ciclo del otro fármaco (cuyo efecto es modificado) dentro del organismo. Es decir, un fármaco modifica los procesos de absorción, distribución, metabolismo y eliminación o excreción del otro, aumentando o reduciendo la cantidad de fármaco disponible para producir sus efectos.

Estas interacciones no resultan fáciles de predecir y muchas de ellas sólo afectan a un pequeño porcentaje de los pacientes tratados con una asociación de fármacos.

 

 

Factores que aumentan el riesgo de interacciones

La posibilidad de que aparezcan interacciones aumenta a medida que aumenta el número de fármacos que se administren simultáneamente. Por lo tanto la polimedicación (tomar muchos medicamentos, en general más de 5 o 6) constituye un factor de riesgo de interacciones.

Este riesgo aumenta cuando son diferentes especialistas los que atienden al paciente y añaden o suprimen medicamentos.

 

¡A MAYOR NÚMERO DE MEDICAMENTOS: MAYOR PROBABILIDAD DE  INTERACCIONES!

 

Por supuesto la aparición de interacciones va a depender de características de los fármacos, los más afectados son lo que requieren un control de la pauta más cuidadoso  (p. ej., anticoagulantes, antihipertensivos y antidiabéticos), pero también del paciente. Los pacientes con mayor riesgo de interacción farmacológica son los de edad avanzada y aquellos con alteraciones renales o hepáticas.

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. La asociación de varios fármacos puede dar lugar a una interacción medicamentosa.
  2. Estas interacciones pueden ser beneficiosas, pero en la mayoría de los casos son perjudiciales.
  3. Los médicos y farmacéuticos conocen las interacciones más frecuentes y/o más graves. Conociendo los mecanismos por los que se producen, adoptarán las precauciones necesarias para evitarla o detectarla a tiempo.
  4. La polimedicación y la automedicación favorecen la posibilidad de que se produzcan interacciones.

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